sábado, 30 de agosto de 2014

Transpirenaica 2014 (II)

Segundo día de ruta y comienzo propiamente dicho de la Transpirenaica. Salimos de Cadaqués a las 10:25, un poco tarde, pero tenemos que visitar la ciudad pues la noche anterior no ha parado de llover y apenas pudimos disfrutar de la encantadora villa pesquera.

Nos dirigimos hacia el norte dejando a la derecha las maravillosas vistas del cabo de Creus. Tal vez hubiera merecido la pena adentrarse por sus estrechas carreteras y bajar hasta el mar, pero el largo viaje que nos quedaba por delante no hacia muy recomendable empezar ya dando rodeos. Tomamos la GI-612 que nos llevó por las localidades de El Port de la Selva, Colera, Portbou y una vez en Francia pasamos por las poblaciones de Banyuls Sur Mer, Port Vendres y Argeles Sur Mer, todas ellas típicas poblaciones costeras donde el denso tráfico de sus carreteras impide disfrutar como merecen las impresionantes vistas sobre el Mediterráneo. El fuerte viento que nos acompañó estas primeras horas tampoco hizo de la conducción un disfrute como merecía.

Cap Cerbere
Es en este último pueblo donde giramos a la izquierda y nos dirigimos al encuentro de los Pirineos, ahora ya de frente. La D115 nos lleva por Le Boulou, Ceret, Arles Sur Tech y otras pequeñas poblaciones, ya con un aire cada vez más de poblaciones de montaña y donde la densidad de tráfico soportada en la carretera costera comienza a desaparecer drásticamente. A partir de ahora toca disfrutar de verdad de las curvas y del paisaje.

Prats de Mollo la Preste




Panorámica

La D115 nos conecta con la C-38 española a través del Col d'Ares (1513 mts), el cual nos ofrece unas vistas impresionantes  y nos lleva a los pueblos de Molló y Camprodon. Seguimos descendiendo hacia el sur para encontrarnos con la N-260, que nos lleva hasta Ripoll. Paramos en Campdevanol a comer en el restaurante Cal Carter, donde nos tratan de maravilla y nos recomiendan cambiar la ruta que teníamos prevista siguiendo la N-260 y nos desviamos por la GI-401, que nos llevará a cruzar el Coll de Merolla (1090 mts), La Pobla de Lillet donde nos desviamos por la BV-4031 para pasar junto a la estación de esquí de La Molina y enlazar nuevamente con la N-260. El desvío ha merecido la pena, la carretera realmente lo valía.



Bajada de La Molina
















Llegamos a Puigcerdá y pasamos a Francia por Bourgh-Madame tomando la N-20 que nos llevará a Ax-Les-Thermes y Tarascón, no sin antes atravesar el col de Puymorens (1920 mts), muy transitado a estas horas de la tarde. Justo antes de llegar a Ax-les-Thermes paramos a ponernos los trajes de lluvia porque la amenaza ha comenzado a hacerse realidad.


En Tarascon abandonamos la N20 y tomamos la D618, donde la tranquilidad de las carreteras de montaña vuelve a hacerse presente ante nosotros. Así nos dirigimos hacia Massat, siendo plenamente conscientes de que aún nos queda camino por delante y se nos va a echar la noche encima. Llegamos a Saint-Girons habiendo dejado la D618 y tomando la D3, mucho más rústica y que discurre por el otro lado del río, ya completamente de noche y después de atravesar unos túneles sin iluminación y excavados en la roca que pondrían los pelos de punta al mismísimo conde Drácula.

Nuestro próximo objetivo es llegar a Sant-Beat. Pero en Audressein, entre la noche y la cantidad de cruces que hay, nos despistamos y aparecemos en el pueblo de Sentein, que se encuentra en fiestas y cuya carretera no tiene salida. Vuelta para atrás a retomar la D618 y ya sin contratiempos (salvo unos ciervos que cruzan la carretera ante nuestras motos sin consecuencias pero con un buen susto en el cuerpo) llegamos a Sant-Beat, habiendo atravesado el Col de Portet-d'Aspet (1069 mts) en completa oscuridad, con una fina lluvia y sin poder disfrutar de sus encantos. Decidimos bajar por la N125 (o N-230 en España) directamente hacia Vielha, dejando la idea original de pasar por Bagneres-De-Luchon debido a la hora que es (pasan las 23:30).

Finalmente llegamos al hotel ETH Pomer a las 12 de la noche. A pesar de no tener recepción las 24 horas ya nos han dejado la llave de la habitación preparada y podemos hacer poco más que ducharnos y meternos en la cama. La etapa de hoy se nos ha ido de las manos...mañana será otro día.


jueves, 28 de agosto de 2014

Transpirenaica 2014 (I)

Después de varios meses mirando rutas y opciones para cruzar los Pirineos de mar a océano, llega el día de emprender la marcha. Todo listo, las motos a punto y un día magnífico que se abre ante nosotros a las 8:00 de la mañana. Salimos de Alcañiz en dirección Caspe por la N-211, con un día soleado y muy agradable. Pasamos Mequinenza bordeando el embalse del mismo nombre, Fraga y aquí tomamos la A-2 que nos llevará hasta Lérida. Una vez llegados a Lérida tomamos el desvío a la izquierda que nos lleva por la C-13 hasta Balaguer, aunque no hay que entrar en la población. Aquí el sol comienza a ocultarse tras las nubes intermitentemente. Puede que las previsiones de lluvia vayan a cumplirse...

Ahora toca coger la C-26 que nos conduce hasta Artesa de Segre, una bonita población ideal para hacer la primera parada y tomar algún tentempie.

Seguimos viaje por la C-14 y ahora ya son las nubes las que predominan sobre los claros. La amenaza de lluvia parece que va convirtiéndose en una realidad. Pasamos Ponts y después de bordear el Pantano de Rialb, volvemos a tomar la C-26 que nos llevará hasta Berga, pasando por Solsona y Naves, en uno de los tramos más bonitos y entretenidos del día. Carretera con buen firme y llenas de curvas, que con un tráfico escaso. Una delicia.

Llegando a Ripoll paramos a ponernos los trajes de lluvia porque la amenaza que traíamos desde hace ya rato se empieza a convertir en realidad. Y en Ripoll nos vemos obligados a parar en una gasolinera abandonada porque comienza a caer el diluvio universal. Allí coincidimos con una familia en coche que ha atascado la rueda delantera y una pareja francesa que también viaja en moto. La espera se hace entretenida y la lluvia parece no cesar. Finalmente y después de aminorar un poco la intensidad de los chubascos nos decidimos a continuar hacia Besalú, con la calzada totalmente mojada y extremando la precaución para no llevarnos ningún susto.

En Besalú nos desviamos por la N-260 hasta Figueres y de aquí a Roses por la C-260. El tramo de Roses a Cadaqués lo hacemos ya sin lluvia y por la GI-614, con unas vistas magníficas aunque con una densidad de tráfico propias de la hora y del lugar turístico al que nos dirigimos.

Precisamente Cadaqués me sorprende por la cantidad de coches, gentes, tiendas, restaurantes, etc. Todo montado para un turismo masivo que hace perder el encanto de población pesquera recóndita y apacible que debió ser cuando Dalí la eligió como residencia habitual para su retiro.

Cadaqués por la noche

Puerto de Cadaqués

Típica imagen de Cadaqués


Última vista de Cadaqués
Debido a la imposibilidad de construir hoteles por falta de sitio, proliferan en Cadaqués las casas particulares que ofrecen habitaciones a los turistas. Pernoctamos en una de estas casas donde disponemos de habitación doble y baño compartido. Antes de salir a pasear por Cadaqués toca ducha y encontrar la manera de secar guantes y traje de lluvia para el día siguiente.