domingo, 30 de octubre de 2016

Sierra de Guara

Siempre es una delicia visitar en moto los Pirineos, pero más desconocidos son los parajes de la Sierra de Guara, a las puertas de los grandiosos Pirineos. En esta escapada he podido descubrir que esconden rincones realmente maravillosos y sus carreteras son una verdadera delicia para los amantes de las dos ruedas. Dicho lo cual, vamos a ello...

Salgo de Sariñena dejando a mi izquierda su famosa Laguna poblada por gran variedad de aves que la utilizan de refugio durante esta época del año. Para llegar a Huesca utilizo la vía por Grañen A-1210 y la A-1213, pues la de Sena A-131 se encuentra todavía en obras con más de un kilómetro de tierra y con cortes de circulación intermitentes. Desde Huesca nos dirigimos dirección Jaca por el puerto de Monrepós (1280 mts), donde el ascenso y, sobre todo el descenso, lo hago en una caravana de coches interminable, aunque las magníficas vistas de los Pirineos invitan a ir despacio y observar tanta magnificencia. Menos mal que al acabar el descenso y tomar la A-1604 el tráfico desaparece por completo y ya soy sólo yo, mi Versys y el paisaje que me rodea.
Puerto de Monrepós con el Pirineo al fondo



A partir de aquí comienza el verdadero descubrimiento de un mundo aparte del ruido, tráfico, prisas y estrés que acabo de dejar atrás. El otoño comienza a hacer acto de presencia en los árboles y el tono ocre comienza a dominar el paisaje. La carretera no está en muy buen estado, parcheada y con gravilla suelta debido a los rigores invernales que debe soportar, pero el luminoso día, el entorno y las curvas hacen disfrutar de igual modo. Pasamos bajo el viaducto que conducirá la A-23 y pasamos el desvío al pintoresco pueblo de Belarra, avanzando entre curvas, bosques de hojas amarillentas y hermosos prados verdes.

Ya en la A-1604, tranquila y solitaria

Viaducto de la A-23

Desvío a Belarra

Entramos pronto en la comarca del Alto Gallego, dejando atrás la población de Ordovés con su iglesia románica y Molino de Villobas, y casi sin darme cuenta llego a Laguarta, dejando varios pueblos a los lados entre los que destaca el de Gillué, con su fortaleza Villacampa del siglo XVI. En todo este tramo seguimos fielmente el cauce prácticamente seco del río Guarga y que dada su anchura en la época del deshielo debe ser impresionante el agua que baja por donde ahora sólo hay cantos rodados.

Comarca del Alto Gállego

Río Guarga casi seco

Molino Villobas

Desde Laguarta el terreno comienza a hacerse más abrupto con cortados tanto a derecha como a izquierda de una carretera que comienza a estar cubierta de hojas que el otoño ha llevado hasta allí. El río Guarga nos sigue acompañando pero ya al fondo del barranco e invisible en la mayoría del trayecto debido al tupido bosque de coníferas que lo rodea.  Pasamos por el pueblo de Campodarbe y finalmente un vertiginoso descenso culminado en un puente acaba dejándonos en Boltaña, donde decido hacer una parada y dar buena cuenta de una tostada con jamón y aceite de oliva en la Cafetería-Asador Avenida, que culmina este primer tramo por la Sierra de Guara.

Coníferas y paisaje escarpado

Almuerzo en Boltaña

Después de haber repuesto fuerzas, me encamino hacia la A-2205, que después de atravesar la travesía de Boltaña sale en un desvío hacia la derecha. Comienza aquí la segunda parte del periplo por la Sierra de Guara. 

Edificio de la Comarca del Sobrarbe

Desvío hacia la A-2205










La carretera, estrecha y con un firme irregular, comienza a ascender rápidamente enlazando una curva detrás de otra. A los lados van quedando diversos establecimientos de ocio, como campings y restaurantes, muy concurridos en estos días. Las indicaciones del Parque Nacional Sierra de Guara son abundantes, así como otras que indican la dirección hacia la pintoresca localidad de Alquézar. De momento nuestro primer destino es Arcusa, situado a unos 14 kilómetros de Boltaña. A medida que vamos ascendiendo la vegetación se hace más densa y los árboles dejan caer sus ramas sobre la carretera. El primer pueblo que atravesamos es Guaso, con una coqueta ermita a su salida. 

Comenzamos el ascenso

Guaso

Ermita de Guaso

Seguimos la ruta y poco antes de llegar a Arcusa la carretera mejora considerablemente, con dos carriles bien delimitados y un firme más que correcto. El paisaje también cambia y se hace más llano y con pastos que sustituyen a la tupida arboleda que acabamos de atravesar. Este paisaje llano y dominado por los prados nos va a acompañar hasta el cruce de Eripol, donde comienza una de las zonas más espectaculares de la jornada con unas vistas de la Sierra de Guara realmente espectaculares que van apareciendo curva tras curva. Atravesamos Almazorre, Bárcabo y Colungo después de un tramo realmente revirado. Esta última población se ha convertido en un importante núcleo turístico y está dotada de todos los servicios que reclama el visitante. A partir de aquí se acaban las curvas y vamos llaneando hasta desembocar en la A-1233 a pocos kilómetros de Alquézar.
Vistas espectaculares

Collado de Eripol
 
Entrando en Almazorre




Ovejas a la vera del camino


Siempre hay un compañero por esas carreteras


Collado de San Caprasio (810 mts)



Barranco de las Gargantas
Puente del barranco de las Gargantas
 

Colungo, población turística con todos los servicios

Debido a la hora que es, la visita a Alquézar queda pendiente para otra ocasión. No me importa demasiado pues transitar por estas carreteras se repetirá en cuanto pueda. La travesia por esta zona la hago rápido ya que la carretera lo permite. A ambos lados de la misma se extienden enormes extensiones de viñedos. Esta es la materia prima de los excelentes vinos de la denominación de origen Somontano.

Cruce con la A-1223

Huerta de Vero

Ya sólo queda acabar el viaje de Barbastro a Sariñena por Fornillos, Berbegal y Peralta de Alcofea. El último tramo por la A-131 lo encuentro en obras y con unos cuantos kilómetros en tierra, lo que retrasa la marcha pero hace la conducción más divertida. 

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